Pa ti, tus misterios y tus mitos
pa mi, las bondades del agua.
Tú te quedas con tus rezos benditos
yo me quedo con el hoy, sin el mañana.
Mi Dios es un perro que ladra
el tuyo, vacío infinito.
Puede ser que sean los años,
que ya naciera ermitaño,
o de este mundo sea ajeno,
que este mundo sea extraño,
o me toca hacerme viejo.
Puede ser que solo creo lo que veo,
por encima de mentira o verdades,
hoy mi vida se convierte en espejo,
de los cielos, de los mares.
Quizás porque al fondo llegué,
y nada me vino a salvar,
tan solo la fe de mi ser,
junto a esa mujer,
que me oyó respirar.
Dónde quedaron los Dioses,
donde las "Santas Marías"
cuando la vida moría,
cuando dejé de ser "hombre".
Fango por sangre en las venas,
de único amigo el fracaso,
el invisible del barrio,
del que se asustan las viejas.
No me hables del Señor,
de la fé, de su perdón,
ni de sus "Santas Compañas"
Sé que tan solo soy yo,
quien será siempre mi Dios,
y quítate las lagañas.
Tierra, aire, agua,
yo ya sé que el fuego,
no es la cuarta,
es la luz del cielo,
la que enciende el pensamiento.
Ya mi perro ladró,
y era la voz de Dios,
sin altares, sin palios,
la que hoy me habló...
"o tira el porro o cambia el camello."
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20/2/2018
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