Hoy quiero contarte un
cuento
de los que contaban
antes.
En que el príncipe encantáo
se casa con la princesa.
Que no perdía su tiempo,
entre ocio y figurantes,
tampoco estaba encoñáo,
ni se veía en las fiestas.
Fue dejando atrás
los avatares
los avatares
que la vida va
mostrando.
Fue dejando atrás
todas las vallas
todas las vallas
que con rabia fue
saltando.
Nunca se rindió
cuando el pudiente
cuando el pudiente
lo tenía acorraláo...
Quiso ser mejor
que un rey borracho,
putañero y coloráo.
Quiso ser mejor
que un rey borracho,
putañero y coloráo.
Por virtud...su corazón,
su gran amor era su
pueblo.
Sobraba el reino..
Sobraba el reino...
Y eran los ojos del
pobre...
del indigente sin
nombre,
lo que llevó por
bandera.
Si el pueblo entraba
en batalla...
luchando por sus demandas,
luchando por sus demandas,
su espada fue la
primera.
Siempre vivió protegío
por todos los desvalíos…
no por matones a
sueldo.
Solo tenía de noble
su condición como
hombre…
y se curraba el sustento.
Ser digno...su única ley,
aquello sí que era un
rey…
…el de aquí... un cuento.
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6/12/2016
6/12/2016
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